jueves, 30 de agosto de 2007

Me fui de Vacaciones I

Llevaba un montón de días sin escribir. Es porque me fui de vacaciones por primera vez en mi vida.
Cuando era mercenario, después de un trabajo duro solíamos pasar una temporada sin hacer nada. Elegíamos una ciudad o un pueblo que no estuviera mal y nos gastábamos el dinero en bares, salas de juego, con mujeres… No lo llamábamos “Vacaciones”. Era sólo el descanso que nos tomábamos entre un trabajo y otro. Cuando comenzábamos a quedarnos sin pasta, era señal de que había que salir a buscar otro contrato.
A veces algún Señor poderoso necesitaba de nuestros servicios no sólo para un trabajo. Más de una vez nuestra función consistió en disuadir, con nuestra mera presencia, a los posibles enemigos de nuestros empleadores de emprender acciones que pudieran desencadenar las represalias de nuestra compañía.
En esos casos nos dábamos a la buena vida. Bebíamos, comíamos y follábamos a costa de nuestro empleador. Era una especie de barra libre de todos los placeres. Las sirvientas de nuestros patrones solían respirar con alivio cuando se terminaba nuestro contrato. Pero eso tampoco podía ser llamado “Vacaciones”. Más bien eran trabajos con incentivos extra.
Pero esta vez fue diferente. He estado oficialmente “De Vacaciones”. Es raro porque precisamente ahora no tengo que trabajar para vivir y algunos podrían pensar que siempre estoy de vacaciones. Incluso yo mismo no tengo muy claro la diferencia. El Herrero trató de explicármelo, pero no me pareció muy convincente.
Una mañana a mediados de julio salí de casa y encontré el pueblo particularmente vacío. No era domingo y tampoco era demasiado temprano. Pero todos los comercios estaban cerrados y las calles desiertas. Fui a desayunar a la Tasca del Elefante y sólo encontré al Herrero que bebía su habitual jarrita de ron de las mañanas. Me explicó que no había nadie en el pueblo porque todos se habían ido “de Vacaciones”. Incluso él mismo estaba a punto de irse con el último grupo de lugareños. Después de la tercera jarrita, me propuso que me uniera a su grupo: “te vas a divertir” me dijo.