viernes, 28 de marzo de 2008

Termina el Invierno en Slon.

El Invierno termina. Hoy salí a la calle. El sol brillaba en lo alto y no había nubes en el cielo. Descubrí que la nieve comenzaba a derretirse. ¡Al fin! Tuve deseos de gritar a todo pulmón: “¡Muere, Invierno asqueroso!” Escupí a la nieve, como si escupiera a su cadáver agonizante.
Me fui a la Tasca del Elefante con la sensación de haber vencido a un poderoso enemigo. Le pedí al tabernero una copa de su mejor vino de Rigia para celebrarlo. Lo vende a precio de oro, pero sospecho que no es más que un vulgar vino de Sirdania. Cuando estaba vivo, tuve ocasión de beber vino de Rigia en más de una ocasión y no me provocaba tan malas pesadillas. Por desgracia, cuando perdí la carne, con ella se fue el sentido del gusto, por lo que no puedo comprobar mi sospecha. El resto de los pringaos de este pueblo no han estado a menos de 2000 millas de Rigia en su vida.
Lo pasé muy mal este último invierno. Este ha sido particularmente frío. Un frío del cual no podía escapar. Ni siquiera bajo decenas de mantas asfixiantes, ni siquiera encendiendo montones de leña en la estufa. He estado durmiendo días enteros, sin deseos de nada. Ni siquiera de escribir en mi blog.
Pero hoy comienza un nuevo período en mi no-vida. He despertado a la primavera que ya se anuncia con energías renovadas. Me siento con fuerzas y deseos de hacer cosas. Y en este lugar dejado de la mano de los Dioses, sólo puedo hacer una, contar las cosas que me suceden y sobre todo, las que me han sucedido en el pasado. La historia de mi vida, la historia del ascenso y caída de Don Rodrigo de Valverde.